Hay equipos que juegan a toquetear, otros a defender como leones, otros a atacar desmelenados, otros a controlar cada centímetro de la cancha, otros tantos a tantas otras cosas; hay uno que juega a ganar. Se llama Real Madrid y se diría que gana porque gana, porque es un equipo ganador, porque eso es lo que hace. No está muy claro ni cómo ni por qué, pero gana: casi siempre gana. Eso lo ha vuelto histórico. Hoy jugaba la final de la Liga de Campeones contra un equipo que parece su opuesto. Los jugadores de la Juventus, en general, no son figurines de discoteca como Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos o Toni Kroos; son más bien feos, modelo leñadores o legionarios o tipos que uno no quiere encontrarse en una calle oscura. Y son trabajadores del fútbol : gente seria que sigue un plan meticuloso, que cubre cada metro de la cancha, que nunca deja de socorrer a un compañero, que no confía en la divina inspiración o en el talento innato; que cree en el esfuerzo. La Juventus pone en la canc
"No hay grandísimas novelas de fútbol porque el fútbol en sí mismo es una novela"