Yo diría que es como el
amor platónico. El reencontrarte con ella es como cuando viene tu madre a verte
a tu casa después de estar sin verla tres o cuatro meses. He vivido momentos
con ella a solas donde incluso le he dicho uno que otro secretillo al oído.
Nunca he temido por quien soy… en un momento individual si… en el día a día, pero
sí que siempre que paso por ahí me quedo mirándola todo lo que dura el semáforo
en rojo. No me lo imagino pero me gustaría tener un momento con ella a solas.
Sergio Ramos
En esta fuente no se piden deseos; se ofrecen los deseos materializados. Cibeles es la mujer más amada del
fútbol. Es
una diosa adorada por sus seguidores alrededor del mundo. La única mujer de
mármol que puede jactarse de tener a sus pies un palmarés de ensueño. Le han
llevado regalos desde las capitales europeas más importantes; el último desde
Milán. Sergio Ramos sabe que ella se merece todo.
La diosa Cibeles es fertilidad, deidad
de vida, muerte y resurrección. Monta un carro que simboliza la superioridad de
la Madre Naturaleza, a la que incluso se subordinan los leones que tiran del
mismo. Los felinos representan la naturaleza salvaje, la fuerza y la grandeza; están
condenados a tirar de su carro eternamente. En otras representaciones, está
sentada en un trono custodiado por los mismos animales y se resalta la llave
que lleva en su mano para acceder a todas las riquezas de la Tierra.
La fuente de la Cibeles llegó a
Madrid en 1782, de la mano de Ventura Rodríguez, el último arquitecto barroco
español. La figura de la diosa es obra del escultor neoclásico, Francisco
Gutiérrez. Inicialmente, la fuente se
situó en la planada Salón del Prado. Durante un tiempo estuvo muy cerca de la
Fuente de Neptuno. Pero en 1898 trasladaron al dios de los mares a la Plaza
Cánovas del Castillo. Asimismo, en 1895 la Cibeles fue desplazada hacia el
centro. La ubicaron mirando hacia el primer tramo de la calle Alcalá. Hoy está
custodiada por cuatro edificios emblemáticos: Banco de España, Palacio de
Correos, Palacio de Linares y Cuartel General. Además de ser el amor platónico
de los futbolistas, es la guardiana del oro español que reposa en una cámara
acorazada en el Banco de España, a 45 metros de profundad.
De ser una fuente
de aguas milagrosas para los madrileños a la única deidad femenina del fútbol. De
colchonera a vikinga, su historia con las fiestas deportivas empezó en 1977,
con la Liga del Atleti, al mando de Luis Aragonés. Los rojiblancos se bañaron en
sus aguas para festejar ese campeonato. Fue exclusivamente colchonera hasta la
Copa de 1985. Un año después, Butragueño le marcó cuatro goles a Dinamarca en
el Mundial de México, provocando la primera celebración de un triunfo de la
selección española en la fuente. Un presagio para el club blanco que la
convertiría en la mujer más togada. La racha de títulos del Madrid con la
Quinta del Buitre, fue el pretexto para que los merengues se adueñen poco a
poco de la fuente. En el 91, el Atleti ganó la Copa pero sus seguidores se
negaron a celebrarlo en el nuevo lugar de “los mandriles” y fueron 500 metros
más lejos, a la fuente de Neptuno. Ni
perdemos los papeles ni cambio por mi Neptuno tu pasarela Cibeles, cantaron
los colchoneros en su himno de centenario.
La mujer de mármol recuerda que en
2012, Iker Casillas le puso la bufanda blanca y le entregó la última Liga de
España. Este año espera con ansias repetirse el regalo y también quiere la orejona de
Cardiff, mientras escucha la legendaria canción We are the champions.
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